Robert Kubica, ganador de las 24 horas de Le Mans 2025. Foto: Emanuele Clivati / AG Photo
Este fin de semana pasado, cuatro horas previas al inicio del GP de Canadá de Fórmula Uno, finalizaron las históricas 24 horas de Le Mans, uno de los grandes clásicos anuales del automovilismo mundial.
Ferrari logra triunfar por tercer año consecutivo en el circuito de la Sarthe, con el modelo 499P de la categoría Hypercar, en esta oportunidad con el inscrito privado del AFCorse de Amato Ferrari (quien también lleva los dos oficiales del fabricante) con el vehículo #83 de color amarillo, piloteado en forma alterna por el británico Philip Hanson, el chino Yifei Ye y el polaco Roberto Kubica.
El cracoviano, logra la victoria en su quinto intento, estando muy cerca del triunfo en el 2021 en la categoría LMP2, con un doloroso retiro en la última vuelta, al fallar un sensor del acelerador. El indiscutible líder del grupo, llevó el Ferrari en el primer lugar hasta la línea de meta en un quinto turno de casi 4 horas, manejando casi la mitad de la competencia, con la incertidumbre de la victoria por la posibilidad de tener que entregar el primer lugar a los vehículos oficiales, segundo y tercero, hasta que un Porsche 963 los pasó al segundo lugar, desbaratando cualquier estrategia de la marca.
Para el ex piloto de Fórmula Uno y ganador del GP de Canadá en 2008 con BMW-Sauber, el triunfo es histórico y celebrado, así como es una inspiración para otros, por su coraje, valentía y perseverancia enfrentando las adversidades desde su gravísimo accidente en una carrera de un campeonato local de Rally en Italia en 2011, donde casi perdió la vida, requiriendo múltiples intervenciones quirúrgicas y quedando con una severa discapacidad de su brazo derecho, por lo que quedó fuera de la categoría reina del automovilismo mundial, donde era considerado un futuro campeón.
Aunque logró regresar a la F1 ocho años después con Williams en 2019 y mayormente como piloto de reserva en Alfa-Romeo de 2020 a 2022 (corrió dos veces -en Países Bajos e Italia- por Kimi Raikkonen enfermo con COVID-19 en 2021), fue en las carreras de resistencia donde encontró buen acomodo y varios triunfos en las diversas categorías, siendo esta en Le Mans a los 40 años de edad, la más importante y gloriosa.
Ciertamente, Kubica no es el primero ni probablemente el último discapacitado que corre en la F1, en las 24 horas de Le Mans o en otras categorías del automovilismo deportivo. El británico Archibald “Archie” Scott Brown (1927-1958) con discapacidad producto de un embarazo con Rubeola, corrió en el GP de Inglaterra en Silverstone en 1956, a pesar de piernas cortas, una estatura de apenas 150 cms y focomelia del miembro superior derecho (sin antebrazo ni mano). El francés Frederic Sausset, cuádruple amputado -por una infección bacteriana- lo hizo en las 24 horas de Le Mans en 2021 sobre un Morgan LMP2 modificado y Philippe Croizon, sin brazos ni piernas producto de una descarga eléctrica a los 26 años de edad, compitió en el exigente Rally de Dakar 2017. Ejemplos de parapléjicos (sin movilidad en las piernas) son mucho más frecuentes.
De regreso a Canadá, cinco horas y media después de finalizar en su nonagésima tercera edición las 24 horas de Le Mans, triunfa sorpresivamente en el circuito Gilles Villeneuve en Montreal, el británico George Russell, por coincidencia, el compañero de Kubica en el equipo Williams en 2019. Apenas el cuarto triunfo del inglés en 7 temporadas en la F1 y el primero en la presente campaña para Mercedes, además logrando con el tercer lugar, el primer podio de su compañero el debutante Kimi Antonelli.
En una competencia sumamente pareja entre Mercedes, Red Bull, McLaren y Ferrari, podría presagiar -si no fue un evento aislado- buenos espectáculos para las 14 carreras restantes de la contienda. Para los previamente dominantes McLaren, fue hasta ahora el peor resultado, quedando por primera vez fuera del podio en estas primeras 10 carreras y aconteciendo lo que en algún momento se esperaba iba a suceder entre los dos principales contendientes al título de pilotos, en un equipo que fácil y holgadamente (hasta el momento) lidera la tabla de los constructores.
Dejándolos correr y competir libremente sin ordenes claras del equipo, una colisión entre monoplazas de similares prestaciones se veía venir entre pilotos altamente competitivos como Lando Norris y Oscar Piastri. En esta ocasión, un error garrafal del británico, tratando de pasar en la recta principal por donde no cabía, terminó impactando con su compañero para quedar de inmediato fuera de la competencia y por suerte el australiano pudo continuar y terminar en el cuarto lugar que ocupaba.
Un desliz ocasional como este, puede pasar sin mayores consecuencias por la amplia ventaja que poseen, siendo el mayor perjudicado Norris, quien ahora se separa 22 puntos de su compañero, el líder del campeonato. Sin embargo, debería servir para que el equipo intente prevenir episodios similares en el futuro, a pesar de la tradición McLaren sin ordenes de equipo para sus pilotos como en la época Prost-Senna, Hakkinen-Coulthard, Hamilton-Alonso o como Hamilton-Button en 2011, con un idéntico percance en este mismo circuito, con el retiro inmediato del heptacampeón mientras el coronado en 2009, logro terminar sin daños en el primer lugar.
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