Mattia Binotto, director del equipo Ferrari de Fórmula Uno, en el GP de Hungría 2022. Foto: Autosport
El equipo Ferrari inició en gran forma la temporada 2022 de Fórmula Uno, con dos victorias en las primeras tres carreras, gracias a un vehículo y pilotos altamente competitivos, sobre todo con Charles Leclerc a la altura del campeón reinante Max Verstappen, deleitando a los espectadores en extraordinarias carreras, sustituyendo a las confrontaciones de la temporada pasada del neerlandés con el heptacampeón Lewis Hamilton, este con un vehículo poco competitivo al comienzo de la presente campaña por un error de concepto en la construcción del monoplaza Mercedes.
Sin embargo, finalizando la primera parte del periplo intercontinental con 13 carreras efectuadas, la escudería de Maranello se encuentra a 97 puntos del líder Red Bull y Leclerc a 80 de Verstappen, con 9 carreras restantes.
Fundamentalmente son cuatro los factores que explican esta diferencia a pesar de tener dos pilotos rápidos (8 poles) un equilibrado monoplaza y un potente propulsor.
El primero y de crucial importancia es la fiabilidad de la máquina. A sabiendas de la necesidad de un motor más potente -muy poco en 2021-, Ferrari ha exprimido las posibilidades en este campo, logrando para esta campaña una mejora significativa, que por ende lleva a mayores posibilidades de romperse. Con las fallas en Barcelona, Azerbaiyán y Austria, ya son cuatro las unidades cambiadas para cada piloto (al pasar de 3, Leclerc fue penalizado en Canadá y Sainz en Francia) mientras Red Bull apenas está abriendo la tercera y Mercedes solo ha usado dos. Además, han tenido que cambiar otros elementos de la Unidad de Potencia -que llevan eventualmente a penalizaciones-, incluyendo 2 baterías, 3 Centrales Electrónicas y 13 escapes (Leclerc en el máximo de 8 y Sainz 5).
A esto se le añade la reducción en el presupuesto global impuesto no solo por la FIA, sino por la propia administración de Ferrari para el desarrollo e investigación en el área motriz a partir de diciembre 2020 por el nuevo presidente John Elkann, mucho más interesado en la parte de finanzas sobre la deportiva que sus antecesores recientes (Louis Camilleri, quien renunció por problemas de salud y Sergio Marchionne quien falleciera en julio 2018).
Para colmo de males, según la propia Ferrari, estos problemas de fiabilidad no son curables a corto plazo, asomando de una vez, que se tendrá que esperar hasta la próxima temporada para solventarlos, añadiendo que habrá al menos dos cambios más. Uno de ellos para el GP de Bélgica, la próxima carrera.
El segundo factor, no menos importante y probablemente más irritante para la mayoría de los tifosi, estriba en las malas decisiones cada vez más frecuentes y que hacen perder carreras. Aunque no es un problema nuevo en Ferrari, tienen un denominador común: el miedo a perder que impide ganar. Es decir, estrategias muy conservadoras, mayormente defensivas y previamente pensadas. Contrario a lo que se ve con regularidad en Red Bull, donde prefieren equivocarse con una estrategia agresiva, con valientes decisiones tomadas en pocos segundos.
En el GP de Hungría, donde la perfecta estrategia llevó a la victoria de Max Verstappen desde el décimo lugar en la parrilla de salida, se conoció que la heroína en la dirección del equipo estratégico es Hannah Schmitz. Graduada en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Cambridge, es una de las cinco mujeres jefas en el puesto similar de Mercedes, Aston Martin, AlphaTauri y Alfa-Romeo. Que la mitad de las escuderías de la F1 tengan mujeres en las decisiones estratégicas en la pared de los pits o en contacto virtual, no es coincidencia. El razonamiento bien estudiado: son más calmadas, frías, calculadoras y utilizan mayormente la lógica (para algunos la intuición) en sus decisiones.
El tercer factor, difícil de explicar, se refiere a las malas paradas en pit que tiene últimamente Ferrari, cuando saben muy bien que un segundo de más, significa fácilmente la pérdida de posición con uno o varios adversarios. Lo único que se requiere, es un mejor entrenamiento.
Por último, quizás los menos culpables, son los pilotos y sus errores con despistes, sobre todo liderando carreras. Inevitable que suceda ocasionalmente, son muchos los factores que influyen, incluso el malestar que les ocasiona los problemas previamente mencionados.
Aunque se comenta mucho sobre el posible despido de Mattia Binotto, el director de la escudería de Maranello o del estratega jefe Iñaki Rueda, la conjunción de problemas actuales, difícilmente son arreglables por caras nuevas, a menos que se quieran usar como chivos expiatorios.
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