Foto: tomado de LA VANGUARDIA – Magazine
Un largo calendario con un número récord de carreras en una apretada agenda, ameritando varios fines de semana seguidos, horarios poco ortodoxos y largos viajes, probablemente terminaron por pasar factura al circo multicolor de la Fórmula Uno.
Después de una carrera nocturna en la hiperiluminada y agitada Las Vegas, los equipos y todo el personal de la F1 tuvieron que volar 13.000 km y pasar 10 husos horarios para, sin mayor tiempo de acostumbramiento, preparar y efectuar en Catar la penúltima carrera de la temporada, la cual, gracias a una serie de incidentes, se convirtió en una entretenida y alocada competencia, en la que el factor común fue el “lapsus menti ” tan típico del cansancio y consecuencia directa del Jet lag.
Fueron tantas las indiscreciones, la mayoría penalizables, que los comisarios deportivos (el veterano australiano Garry Connelly, el belga Mathieu Remmerir, el expiloto británico Derek Warwick y el local Amro Al-Hamad)prácticamente no se dieron abasto sacando “tarjetas amarillas” con las más variadas penalizaciones que encontraban en el libro de reglamentos.
Estos son algunos ejemplos ilustrativos: Lewis Hamilton, un heptacampeón con 355 GP de experiencia, se salta la salida (penalizado con 5 segundos adicionales en su parada en los pits) y luego se olvida de activar el limitador de velocidad a la entrada de los garajes, siendo de nuevo penalizado con pase por pits, aparte de casi provocar un incidente al frenar bruscamente al darse cuenta de su exceso de velocidad (92.5 km/h).
Sergio Pérez, otro veterano de 280 GP, arranca de los pits en la carrera al Sprint, para no reaccionar de inmediato al encenderse la luz verde y es adelantado por el argentino Franco Colapinto, también saliendo de esa zona, detrás del mexicano. Luego, en el Gran Premio, hace un trompo y quema el embrague del RB20 tratando de reincorporase a la competencia.
El tetracampeón Max Verstappen, enredándose con George Russell en una vuelta no cronometrada de la tercera tanda de la clasificación para el GP (Q3), que le costó la posición de vanguardia al neerlandés (primera desde Austria), por transitar en la línea de carrera a velocidad por debajo del delta especificado, para separarse de los que lo precedían, interponiéndose al más rápido (no reglamentado) piloto británico, quien no dudo en acusarlo agresivamente a las autoridades, para así, quedarse con la Pole.
Quizás el peor lapsus, fue el del británico Lando Norris, quien no se dio cuenta de una doble bandera amarilla agitada en la recta principal, para una inobjetable penalización por transgredir una norma de seguridad, con una parada de 10 segundos en los pits (pérdida de medio minuto), efectivamente la más dura por debajo de la bandera negra (exclusión).
Justamente la causa de esa doble bandera amarilla, también es algo criticable y posible “gazapo” del recién nombrado Director de Carrera, el portugués Rui Marques -quien lo había hecho muy bien en su primera oportunidad al timón de la F1 en Las Vegas-, decidió no implementar ninguna acción con el desprendimiento del espejo retrovisor derecho del Williams de Alex Albon (posible secuela de su colisión con Lance Stroll en la primera vuelta), por considerar que era pequeño y estaba lejos de la línea de carrera, pero olvidando que en el circuito de Losail, esa recta es probablemente el único lugar del trazado donde se puede adelantar, y para eso, hay que salirse de la línea habitual.
Así sucedió unos cinco giros después (ya sin bandera amarilla local) con Valtteri Bottas que se apartaba para ser doblado por Oscar Piastri y Charles Leclerc, pasando sobre la pieza suelta, de la cual el finlandés no estaba enterado (equipo dormido), dejando escombros de fibra de carbono regados, para mala suerte de los que llegaban inmediatamente después (Sainz, Pérez y Hamilton), con pinchazo de la delantera izquierda del Ferrari y el Mercedes, probablemente facilitado por neumáticos desgastados por muchas vueltas, gracias a la poca degradación.
Si se agregan otros incidentes, incluyendo accidentes, que bien pudieran haber sido causados por errores humanos debidos a cansancio y desconcentración, quizás se tomen más en serio las consecuencias de posibles descompensaciones horarias y se tomen simples medidas para evitarlas.
Be the first to comment