Foto: Mark Thompson / Getty Images
Con la salida inminente y sorpresiva de Adrian Newey del equipo Red Bull de Fórmula Uno, muchos se preguntan: ¿porqué se va y a donde?
El Ingeniero británico, originario de Strattford-upon-Avon (mismo pueblo de William Shakespeare), está considerado como el mejor diseñador en la historia de la F1, contando sus creaciones más de 100 victorias, 13 títulos de constructores y 12 de pilotos. Junto a otro genio de la mecánica automotriz, Ross Brawn, son los responsables directos de todos los éxitos en la máxima categoría del automovilismo mundial en los últimos 31 años (excepto los de Fernando Alonso y Renault en 2005 y 2006).
Graduado de la Universidad de Southampton en Aeronáutica y Astronáutica en 1980, su interés mayor en el automovilismo deportivo se demostró por su tesis “La aerodinámica del efecto suelo”. Trabajó inicialmente en el proyecto F1 de Fittipaldi/Copersucar, luego diseñó vehículos que ganaron campeonatos en IMSA GTP, F2 (en March fue Ingeniero de pista de Johnny Checotto en 1982), IndyCar/CART incluyendo las 500 Millas de Indianápolis y de nuevo en F1 a partir de 1987, donde se hizo notar como Director Técnico con el equipo Leyton House (previo March) del magnate japonés Akira Akagi, con los pilotos Iván Capelli y Mauricio Gugelmin, quienes tuvieron una destacada actuación en la campaña 1990 con el CG901, sobre todo en el GP de Francia, donde el italiano y el brasileño se mantuvieron un largo periodo de la carrera, primero y segundo.
Con su paso a Williams (1991-1996) comenzaron sus mayores éxitos como diseñador de vehículos ganadores de campeonatos en la F1, con McLaren (1997-2005) y finalmente desde 2006 con Red Bull.
A pesar de tener un contrato hasta terminar la temporada 2025, el strattfordiano, quiere dejar el equipo (en funciones) incluso antes de finalizar la presente campaña. Entre las posibles causas, la más directa es que no se encuentra a gusto con el ambiente de trabajo, sobre todo con la pérdida de una buena relación con el jefe del equipo Christian Horner. El detonante, fue el escándalo que provocó la acusación de comportamiento indebido, por su asistente personal (Fiona Hewitson) ante el director de RRHH de Red Bull GmbH en Salzburgo, Stefan Salzer. La investigación interna de unas 9 semanas, terminó con el CEO Oliver Mintzlaff por enviar -a principios de febrero- una carta de despido a Horner, quien no lo aceptó por condiciones contractuales en las que se amparaba, según las cuales tenía derecho a una investigación independiente contratada por él mismo. No fue una sorpresa que la investigación terminó por absolverlo y, la que terminó cesanteada fue Fiona.
Para algunos dentro del equipo Red Bull Racing, el escándalo fue considerado como muy desagradable y la excusa ideal para salir de Horner. Eso, porque el británico se había convertido en un autócrata que deseaba manejar a su antojo y propiedad el equipo de Fórmula Uno, incluso desdeñando la labor de Adrian Newey, declarando públicamente que el RB19 ya no era creación de su compatriota, sino del equipo de trabajo y que Newey aparecía solo de vez en cuando por la oficina de diseño. Tampoco quería al asesor Helmut Marko, apoyado en que ya contaba con 80 años y debía ser jubilado. El problema para Horner fue, que Max Verstappen y sobre todo su padre Jos estaban muy unidos al austriaco, corroborado por las declaraciones, primero de Jos que el equipo debía salir de Horner y luego de Max que, si Marko salía, el también.
Todo parecía que el tiempo de Horner en el equipo se acababa, sin embargo, el británico logró atornillarse al lograr el apoyo de Chalem Yoovidhya, el representante de la familia tailandesa que controla el 51+1% de las acciones de Red Bull (socio mayoritario) y la empresa en el Reino Unido.
Por el momento sale harto, Newey. Por supuesto que todos lo quieren, pero tampoco es seguro que quiera ir a otro equipo, donde supuestamente no podría trabajar hasta 2027. Desde que se graduó, la mayoría de las veces no optó por el contrato más lucrativo, sino por donde le gustaba o aprendiera más. El contrato con red Bull finalizaba antes del nuevo reglamento en vigor a partir de 2026, especificaciones que no le agradan porque mayormente se centran en modificaciones de la Unidad de Potencia y muy poco en el chasis. Con otras prioridades que incluso lo alejan frecuentemente del circo, con escapadas a su casa en África del Sur, las condiciones deben ser muy buenas para aceptar un contrato de 4 años y 100 millones de dólares que le ofrece Lawrence Stroll en Aston Martin y que cualquier otro debe al menos igualar.
El equipo implosionó. ¿Quién seguirá? Helmut Marko termina su contrato a fines de este 2024. Con las múltiples e intrincadas clausulas de los celosamente guardados contratos en las cajas fuertes de los equipos, Jos y Max también pueden bajarse del toro cuando les convenga utilizar lo que tengan escrito.
OK Horner, ganaste. ¿seguro?
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