Prueba de fuego

Marina Bay, Singapur. Foto: Stanley Cheah

Este fin de semana se corre el Gran Premio de Singapur, la décimo octava carrera válida de la temporada 2025 de Fórmula Uno. A pesar de su horario nocturno (8:00 am en Venezuela), presenta las  dificultades  inherentes  al  trazado  surasiático  con  altas temperaturas  -dentro  del  habitáculo  cerca  de  los  60ºC.-  y elevadísima  humedad  ambiental,  para  una  desgastante  y agotadora carrera que además, excepto en 2024, siempre había contado en sus 14 ediciones previas con la presencia del Vehículo de Seguridad.

El gran premio previo en Azerbaiyán, marcó muy probablemente el regresó a la competitividad del Red Bull RB21, alcanzando Max Verstappen  su  segunda  victoria  consecutiva,  después  de  la obtenida en Monza un par de semanas antes. Ambas pistas con características  similares  de  baja  carga  aerodinámica  por  los largos tramos con largas rectas.

Este gran premio de Singapur que se disputa en el trazado urbano de Marina Bay, se caracteriza por requerir -todo lo contrario a los dos  circuitos  previos-  una  alta  carga  aerodinámica  y  podría representar la prueba final sobre la renovada competitividad del monoplaza de Milton Keynes, que se inició con el cambio del piso para el evento en Inglaterra, donde el neerlandés obtuvo la posición de vanguardia en la parrilla de salida, pero al igual que luego en Bélgica, las condiciones climatológicas cambiantes no les dieron el resultado esperado.

Por otro lado, el bajo rendimiento de los McLaren, tanto en Monza (quedando a casi 20 segundos detrás el ganador) y peor aun en Bakú (séptimo lugar para Norris y retiro de Piastri), podría significar un hecho aislado por las características de los trazados, pero una nueva derrota en Singapur, circuito que les favorece ampliamente, ciertamente pondría la parte final de la presente campaña al rojo vivo, sobre todo por tener a un incombustible Verstappen  con  capacidad  de  decidir  sobre  el  destino  del campeonato de pilotos.

Mientras   tanto,   el   campeonato   de   constructores   está prácticamente decidido a favor del equipo McLaren, quienes, aun con un mediocre resultado en Marina Bay asegurarían su décima corona. Para ello, solo necesitan 13 puntos (basta un tercero o un sexto y séptimo lugar) o no perder 30 puntos con Mercedes y Ferrari.

El inminente desenlace, podría explicar el reciente bajón de rendimiento,   que  según  las  malas  lenguas  (la  publicación Autosprint lo anota como un chisme en el Paddock), el equipo habría desactivado o quitado componentes de dudosa legalidad para evitar ser sancionados por las autoridades en cualquier escrutinio posterior.

Por otro lado, estará la prueba de fuego para los que obtuvieron grandes resultados en la carrera de Bakú. Indudablemente, el equipo Williams, con el primer podio en una carrera completa desde 2017 y Carlos Sainz con el primero en su nuevo equipo, para igualar a Alain Prost, únicos en hacerlo con las tres escuderías clásicas de la F1: Ferrari, McLaren y Williams.

También  están  a  prueba,  Yuki  Tsunoda  y  Liam  Lawson.  El japonés, con su mejor resultado en Red Bull terminando 6º en Azerbaiyán, un reflejo fiel del mejor desempeño del RB21, que así podría ayudar al equipo austríaco a salir del cuarto lugar de la clasificación actual de constructores, superando -si mantienen el ritmo actual- a Ferrari y a Mercedes, porque ya matemáticamente no pueden alcanzar a McLaren.

Para el neozelandés Liam Lawson de Racing Bulls, su quinto lugar también  representa  una  reivindicación,  superando  a  su compañero de equipo, el novato francés-argelino Isack Hadjar (terminó 10º), quien lo había mejorado abiertamente (12 a 3) desde su “bajada” de Red Bull a la filial en la tercera carrera de la temporada. Los tres, buscando posicionarse mejor en el entorno Red Bull/Racing Bulls.

formulaburgerf1@gmail.com

Acerca de Bruno Burger 191 Articles
Miembro titular de la Comisión Médica de la FÍA para F1 (1995-2015).

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