Fernando Alonso cruza la línea de meta en Interlagos-Brasil, 53 milisegundos antes que Sergio Pérez. Foto: f1.com
La temporada 2023 de Fórmula Uno fue de dominio absoluto de Max Verstappen y el Red Bull RB19, rompiendo los más variados y longevos récords, pero también de dura competencia entre el resto de pilotos y escuderías. Los demás equipos tan cercanos entre sí, explicando la alternabilidad de resultados y podios, de algunos que comenzaron bien como Aston Martin y otros que iniciaron la campaña muy mal como McLaren, para luego cambiar radicalmente, pero aun así ganando o perdiendo apenas algunas décimas de segundos.
Hay que darle crédito a lo obtenido por Verstappen y Red Bull. Para ganar 19 y 21 carreras respectivamente hay que ser muy bueno, tener un monoplaza excepcional y un equipo sin fallas. A pesar de conseguir el campeonato y el subcampeonato con el mismo vehículo, Sergio Pérez quedó muy lejos de su compañero, reflejando la neta superioridad del neerlandés.
Detrás de Verstappen, el mejor piloto de la temporada, no fue ni Sergio Pérez ni Lewis Hamilton (2º y 3º en los puntos), uno frustrado, el otro desanimado y desmotivado. No se hace difícil escogerlo. Fernando Alonso fue el verdadero protagonista en todo momento de la campaña, tanto al principio, cuando tenía el Aston Martin que podía darle pelea a Red Bull -con 6 podios en las primeras 8 carreras-, como durante el resto de la zafra con un AMR23 más involucionado que evolucionado y por tanto menos competitivo, pero demostrando cualidades de un experimentado bicampeón mundial con intactos deseos de ganar o de lograr un punto más, cuando era todo lo que podía hacer.
Después de Alonso, el podio, tiene varios candidatos con méritos suficientes para el tercer lugar entre los mejores de acuerdo a lo mostrado y con la maquinaria a su disposición. Quizás, el que más lo merezca es Lando Norris. El joven piloto británico con un pésimo inicio, al mejorar el MCL60 a partir del GP de Inglaterra, mostró su calidad y se colocó como el más cercano a Verstappen en competitividad. Siete podios con seis segundos lugares terminaron por adjudicarle el sobrenombre de “Mister P2” (hasta que gane su primera carrera).
Fuera de los tres primeros, quedaron varios con destellos suficientes para ser nombrados, como indiscutiblemente gracias a sus logros Sergio Pérez y Lewis Hamilton. Pero también otros se lucieron, como el recién llegado Oscar Piastri, ganador con McLaren de la carrera Sprint en Catar (por delante de Verstappen). Carlos Sainz, sublime ganador con Ferrari en Singapur (única no Red Bull). Charles Leclerc, llevando al SF-23 a 5 posiciones de vanguardia en la parrilla de salida (mostrando velocidad, pero poca competitividad de su monoplaza, con un récord indeseable de apenas 4 carreras ganadas desde las 23 poles logradas). Alex Albon y George Russell, con talento suficiente para estar más adelante con vehículos más competitivos.
Las tres mejores carreras de la temporada, resultaron ser las menos esperadas. Singapur, porque fue la única en la que no se sabía hasta el final quien podía ganarla. Zandvoort, por la agregada emoción de la alternabilidad de lluvia con pista seca o secándose y Las Vegas, donde el deporte superó al espectáculo.
Por último, el mejor y más emocionante adelantamiento. Indiscutiblemente el de Fernando Alonso a Sergio Pérez en la última vuelta del Gran Premio de Brasil, para sacar al mexicano del podio. Ya había demostrado su calidad y capacidad de resolver, en la primera carrera en Baréin, logrando lo mismo con Lewis Hamilton y Carlos Sainz para terminar tercero, detrás de los Red Bull.
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