Autódromo Enzo e Dino Ferrari en Imola, Italia. Foto: es.Wikipedia.org
Este fin de semana se corre en el autódromo Enzo e Dino Ferrari en Imola, Italia, el cuarto Gran Premio de la Emilia-Romaña, la sexta válida de la temporada 2023 de Fórmula Uno.
Construido en 1950, ha sido escenario de una cantidad de carreras tanto de motociclismo como automovilismo de velocidad, incluyendo modificaciones temporales para eventos de motocross. Después de 2 carreras no válidas para el campeonato mundial de F1 en 1963 y 1979, el circuito fue sede del GP de Italia en 1980 y a partir de 1981 hasta 2006 como el Gran Premio de la República de San Marino (100 km al sureste). Después de 14 años sin usarse para carreras de la F1, regresó en 2020 como alternativa a las cancelaciones en otras locaciones debido a la pandemia del COVID- 19, quedando fijo en el calendario anual, con un contrato hasta el año 2025.
En este gran premio –sexagésimo aniversario de la primera carrera de Fórmula Uno en el trazado de la Emilia-Romaña- se experimentará un nuevo formato en la clasificación para la parrilla de salida, con la obligatoriedad del uso de un solo compuesto de neumáticos por tanda. Así, en la Q1 los 20 monoplazas participantes podrán usar únicamente los compuestos más duros (franja blanca), en la segunda tanda (Q2)
-con los 15 más rápidos de la primera- solamente los compuestos medios (franja amarilla) y en la tercera (Q3) -con los 10 más rápidos de la Q2- con los compuestos más blandos (franja roja).
Aparte de ingresar un nuevo elemento que va a modificar un poco como encaran los equipos las pruebas clasificatorias, la medida está mayormente diseñada para tratar de alterar las estrategias de la propia carrera. Hasta el presente, con la escogencia libre de los compuestos de neumáticos, los equipos llegan a la carrera propiamente dicha con pocos disponibles. La mayoría con apenas un juego restante o como mucho uno del medio y otro del duro, favoreciendo estrategias conservadoras de una sola parada y de menor velocidad, cuidando la vida útil de los neumáticos, utilizando cada vez más los blandos solo para la clasificación y menos para la carrera.
A pesar de reducir a 11 juegos para el fin de semana (en vez de 13 actual), esta maniobra prácticamente aseguraría que los equipos lleguen al domingo con al menos dos juegos de medios y duros, con lo cual podrían jugar un poco más con estrategias algo más agresivas y dos paradas en vez de una. Incluso Pirelli proveerá compuestos más blandos (C3 C4 y C5 para los duros medios y blandos respectivamente) que permitiría las dos detenciones como alternativa probablemente más rápida.
Este esquema de clasificación, a implementar en al menos otro GP esta temporada (probablemente Hungría), podría servir poco, si la fuerte y persistente lluvia actual en Imola, se mantiene hasta el fin de semana. Sin embargo, el fabricante Pirelli también tendrá a mano para este GP una nueva versión de los compuestos para lluvia o pista mojada, que no requieren calentadores para acelerar su adecuado desempeño en pista.
Con el amplio dominio de Red Bull, triunfal en las cinco primeras carreras de la temporada (cuatro con el 1-2), las esperadas innovaciones para algunos competidores, sobre todo Ferrari y Mercedes (este, casi un W14-B), serían difíciles de evaluar en condiciones climatológicas tan adversas, incluso los equipos quisieran esperar para implementarlas en la octava válida en Barcelona dentro de dos semanas, porque en la entrante en Mónaco, tampoco el lugar ideal para evaluar experimentaciones.
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