Charles Leclerc con el Ferrari F1-75, P1 en Bahrein 2022. Foto: cortesía Ferrari.com
Con el inicio de la septuagésima tercera temporada de Fórmula Uno, se demostró, como ha ocurrido en reiteradas ocasiones en el pasado, que las autoridades deportivas requieren cada tanto modificar los reglamentos técnicos para terminar con las fastidiosas hegemonías que terminan por aburrir a un buen número de espectadores.
El triunfo inobjetable de Ferrari, con Charles Leclerc y Carlos Sainz en los dos primeros lugares en Baréin, equipo que no lograba ganar una carrera desde el GP de Singapur en 2019, es un reflejo fiel de esta resurrección conseguida con el buen tiempo de desarrollar un nuevo monoplaza ganador gracias a las drásticas modificaciones de los reglamentos, además de una renovada Unidad de Potencia, que se compagina con el resultado de los equipos clientes del motorista, ocupando otras 4 posiciones entre los 11 mejores clasificados al final de la competencia en el circuito de Sakhir (Haas con Kevin Magnusen en el 5º lugar y Mick Schumacher undécimo, Alfa-Romeo con Valtteri Bottas en el 6º y el debutante Guanyu Zhou en el 10º).
Independientemente de los resultados al final de la carrera, por la debacle del equipo Red Bull, quedando los monoplazas de la escuadra austríaca fuera de la clasificación de los puntos por el retiro de ambos en las postrimerías mientras ocupaban el segundo y el cuarto lugar aparentemente por un problema similar en la entrega del combustible al motor, la escudería Ferrari demostró haber dado un enorme paso al frente y colocarse al menos a la par -y quizás hasta mejor– que sus mayores rivales en la actualidad.
Ciertamente luchando por el liderazgo de la carrera, el campeón reinante Max Verstappen, confrontó con una serie de problemas técnicos que incluyeron: recalentamiento y pérdida de eficiencia de los frenos desde muy temprano, problemas con la dirección al doblarse una barra de acoplamiento en una de las paradas enl os pits y finalmente, la pérdida de potencia y retiro por la falla de una de las tres bombas en la entrega de combustible al motor.
La telemetría demostró que Red Bull y AlphaTauri/Honda eran los más rápidos al final de las rectas (punto de mayor velocidad en el circuito de Verstappen 327.9 km/h, Pierre Gasly 326.5, Yuki Tsunoda 326.2 y Sergio Pérez 325.8) siendo los de Ferrari los más lentos (Sainz penúltimo con 313.8 km/h y Leclerc último con 302.6), mientras que los de Maranello eran los más rápidos acelerando saliendo de las curvas. Esta supuesta paradoja, ya fue demostrada como una característica tanto positiva defensiva como ganadora, cuando en 2013, Sebastian Vettel (Red Bull/Renault RB9) en el ultra rápido circuito de Monza fue uno de los más lentos al final de la larga recta principal, pero aun así obtuvo la posición de vanguardia en la parrilla de salida y ganó la carrera, gracias a la buena velocidad en las curvas.
Por otro lado, no un buen comienzo para Mercedes, con problemas de agarre y por lo tanto con el desempeño de los neumáticos, manteniendo aun el persistente rebote (porpoising) y problemas derivados de los mini pontones laterales. La nueva disposición de los elementos de la Unidad de Potencia puede haber afectado incluso a los clientes del fabricante alemán, tomando en cuenta que todos los demás con el motor Mercedes terminaron en las últimas posiciones de la clasificación de la carrera (del duodécimo al décimo séptimo para Aston Martin, Williams y McLaren). Para el propio equipo Mercedes, al momento por desempeño, terceros detrás de Ferrari y Red Bull, terminaron por suerte en el podio y en el cuarto puesto minimizando las pérdidas de puntos y buscarán en el menor tiempo posible resolver sus deficiencias.
Si bien, es solo la primera carrera de una temporada con nuevas reglamentaciones, siendo común los problemas iniciales de fiabilidad y desempeño, no hay nada tan prometedor y estimulante como comenzar con un pie adelante. El equipo que ha comenzado una campaña con victoria, en 38 de las 64 temporadas desde el inicio del campeonato de constructores en 1958 ha terminado con el título (60%), incrementándose a 73% cuando ha sido un doblete (11 de 15 veces). El piloto ganador de la primera carrera de la temporada ha terminado campeón en 33 de las 72 campañas (desde 1950), es decir en un 45.8%. Curiosamente ninguno en las últimas 5 ediciones.
El equipo Ferrari ha comenzado ganando la carrera inaugural en 9 ocasiones previas, terminando campeón uno de sus pilotos en las 6 primeras (1952 y 1953 Alberto Ascari, 1956 Juan Manuel Fangio, 2001 y 2004 Michael Schumacher y en 2007 Kimi Raikkonen) pero ninguno de las últimas 3 (2010 con el doblete Fernando Alonso – Felipe Massa en este mismo circuito de Bahrein, Vettel 2017 y 2018 en Australia).
Tampoco es el final para Red Bull, terminando ambos monoplazas fuera de la competencia en la primera carrera de una temporada. En 6 ocasiones el equipo retirado ha remontado para terminar campeón de constructores y en 5 uno de sus pilotos campeón de la categoría. La primera vez fue en 1958, la primera contienda con laureles para el constructor. Vanwal, equipo británico que no compitió en la primera carrera (Argentina), en su primera aparición (siguiente en Mónaco) sus tres monoplazas se retiraron (Stirling Moss por ruptura de una válvula del motor, Tony Brooks por una falla de bujías y Stuart Lewis-Evans por recalentamiento). Sus pilotos ganarían 6 de las siguientes 9 para ser el primero de los 15 constructores coronados hasta la fecha.
Inicia con buen “pie” el cavallino rampante su temporada del septuagésimo quinto aniversario. El primer bólido (125 S) en salir de las instalaciones de Ferrari en Maranello fue el 12 de marzo de 1947, para correr por primera vez el 11 de mayo en Piacenza, con ese “tipo 125” con el motor V12 de 1.5 litros diseñado por el legendario Gioacchino Colombo y con los pilotos Giuseppe ‘Nino’ Farina y Franco Cortese. Con el F1-75, intentará obtener su 17º campeonato de constructores, después de 14 años de sequía y el primero de pilotos desde 2007.