Auxiliar de pista durante el GP de Hungría 2023. Foto: Grand Prix Photo, Motorsport Images.
La emoción del recién disputado Gran Premio de Hungría de Fórmula Uno duró los pocos segundos que llevó a los monoplazas transitar los 444 metros entre la salida y la primera curva. Allí la pole #104 de Lewis Hamilton (primera desde Yeda 2021)terminó con la ilusión de una posible confrontación con Max Verstappen,
al ser adelantado por el neerlandés, perdiendo además el segundo y tercer lugar con los McLaren de Oscar Piastri y Lando Norris.
Allí quedó escrita la historia de la undécima válida, terminando el bicampeón a medio minuto del segundo lugar, con su séptima victoria consecutiva y dándole a su equipo Red Bull la duodécima seguida desde Abu Dhabi 2022.
Con la mitad de las carreras de la campaña 2023 cumplidas, nos preguntamos si se producirá la improbable predicción de George Russell del equipo Mercedes al comienzo de la presente contienda, declarando que, por lo que se veía para ese momento Red Bull podría ganarlas todas.
Hasta el presente ningún equipo o piloto lo ha logrado. Lo más cercano fue la escudería Ferrari con el tipo 500 (especificación F2)ganadora de 14 carreras consecutivas entre 1952 y 1953, excluyendo las 500 Millas de Indianápolis que eran parte del calendario del Campeonato Mundial entre 1950 y 1960. Como Alberto Ascari -el campeón de esas dos temporadas- participó con una Ferrari “Special” en las 500 Millas de 1952, retirándose a los 40 giros por una falla mecánica, definitivamente impidió que il cavallino pudiera ganarlas todas.
Apartando la anomalía histórica de las 500 Millas -para justificar en el momento la Fórmula Uno como Campeonato Mundial-, impidiendo también al arrase de Alfa Romeo en la temporada inaugural de 1950, en una época más reciente y con muchos más grandes premios por campaña, en tres ocasiones un equipo casi las gana todas. En 1988 McLaren logró 15 de las 16, en 2002 Ferrari
15 de 17 y en 2016 Mercedes 19 de 21.
Por lo tanto, a pesar de la conjunción astral de la presencia del piloto más superior al volante del monoplaza más dominante, es poco probable -pero no imposible- que el RB19 sea el triunfador de las otras 11 carreras de la temporada 2023. La perfección monoplaza/piloto puede romperse en una campaña tan larga, sobre todo sin la fiable ayuda de su compañero de equipo, quien últimamente tiene que remontar, más que dominar detrás del extraterrestre.
La superioridad por meritocracia de Red Bull es innegable, pero también la estructuración actual de la Fórmula Uno es culpable en cierto modo de la dificultad para que otros equipos puedan acercarse. Hay demasiadas limitaciones. La posibilidad de desarrollo está limitada por las restricciones presupuestarias; se limitan las pruebas en las pistas y las regulaciones son también muy limitantes y restringidas. Se prohíbe más de lo que se facilita. Además, se penaliza demasiado: impedir a otros en las pruebas clasificatorias, salidas de pits inseguras, exceder límites de pista, etc. Tampoco el “remedio” es penalizar al que lo hizo mejor que los demás. Es un crimen el lastre, el hándicap y el BoP de la WEC.
Quizás habrá que esperar a que Max, Adrian Newey y Red Bull se cansen o, hasta el nuevo cambio de las regulaciones en 2026 y quizás sea otro el que dé en el clavo.
Mientras tanto, los equipos y sus pilotos se desaniman, pero no se rinden. Mientras los veteranos comienzan a bajar la guardia y dejan de ser agresivos, porque no vale la pena luchar contra un piloto/monoplaza superior, son los jóvenes quienes inspiran el progreso. Es reconfortante ver como la nueva generación se queja menos, lucha más y se ven los resultados. En el inicio de la presente temporada, Lando Norris terminó 17º en cuatro de las 7 primeras carreras. Ahora con su evolucionado McLaren ha finalizado segundo en las dos últimas, seguido muy de cerca por su compañero, el novato australiano Oscar Piastri. Quizás no esté inquietando a Verstappen por la victoria, pero como el mismo vaticina, una falla del RB19 y ciertamente en la actualidad es quien está más cerca del triunfo, para romper (no solo el trofeo del primer lugar en Hungría) la racha del intocable.
