Gran Premio de Mónaco 2023. Max Verstappen con el Red Bull RB19, primero de punta a punta. Foto: Zak Mauger /Motorsport Images
Para pilotos y equipos de la Fórmula Uno, así como para muchos aficionados a la máxima categoría del automovilismo mundial, el Gran Premio de Mónaco era la gran esperanza de finalmente
doblegar al invencible Red Bull RB19, tomando en cuenta que las características del monoplaza y la potencia del motor, poco cuentan en el trazado urbano de Montecarlo, haciendo el triunfo asequible a otros. Sin embargo, cuando la nave espacial es guiada por un extraterrestre, como lo ha mostrado ser Max Verstappen, las dudas se disipan de que estamos nuevamente frente a una dupla muy difícil de vencer.
Verstappen/Red Bull, repite la historia de otros binomios muy exitosos como fueron Hamilton/Mercedes, Vettel/Red Bull, Schumacher/Ferrari y Senna/McLaren, los más destacados en las últimas 4 décadas. Igualmente, es demostrativo que grandes pilotos no pueden ganar campeonatos si no tienen un buen respaldo técnico. El mejor ejemplo, el heptacampeón Lewis Hamilton y el actual Mercedes.
Ocasionalmente, un piloto es tan bueno que triunfa donde se monte. El caso de Juan Manuel Fangio consiguiendo 5 campeonatos con 4 marcas diferentes (Alfa Romeo en 1951, Mercedes en 1954 y 55, Ferrari 1956 y Maserati en 1957). Un verdadero alienígena.
Es cierto que el neerlandés en Mónaco partió desde la posición de vanguardia de la parrilla de salida, lo cual prácticamente asegura el triunfo por las casi nulas posibilidades de adelantamiento con los actuales sobredimensionados monoplazas, quedando para ganar o perder posiciones, los errores de manejo, las estrategias en las paradas en pits o las fallas mecánicas.
Sin embargo, justamente allí comenzó el extraordinario fin de semana del bicampeón reinante. Una pole altamente disputada con 4 pilotos con esa posición en los últimos minutos de la prueba clasificatoria, Verstappen consiguió arrebatársela en las postrimerías a Fernando Alonso (Aston Martin/Mercedes) al recuperar un casi imposible déficit de 0.2 segundos en las últimas 3 curvas y quedar adelante por 84 milisegundos. Agresividad, talento, estrategia y suerte (acariciando las barreras de protección, sin romperse) se lo permitieron, administrando los neumáticos blandos para atacar y arriesgar en la parte final, conociendo que era el punto débil del asturiano -apenas el décimo tiempo en el tercer y último sector-.
Finalmente, sedimentó el triunfo de la carrera con el impecable manejo en la pista seca y la asertiva conducción en la lluvia, terminando a casi medio minuto del español, tiempo abultado por las dos paradas del ovetense al arriesgar en la primera con neumáticos medios de pista seca cuando comenzó a llover y su equipo pensaba (como muchos otros) que era momentánea, ameritando una nueva detención apenas un giro después para colocar los intermedios de pista mojada, que se mantuvo hasta el final.
Con su segundo lugar en el podio (quinto en 6 carreras), Fernando Alonso se ha convertido en el principal protagonista y animador de la contienda, único piloto hasta el momento que ha podido inquietar -un poco- al intocable líder. Bastará con un triunfo del peninsular y salvará la campaña 2023 del hastío, a menos que las mejoras evolutivas de los otros dos grandes equipos (Mercedes y Ferrari) cambien el curso de campeonato para dar una mejor pelea a Red Bull.
Los alemanes mostraron en la Costa Azul un renovado W14 “2.0” que no quieren denominar W14B, a pesar de cambios sustanciales, entre otros eliminando los “0” pontones, que iba a debutar en Imola, pero por las inundaciones y cancelación del evento, quedó prepararlo igual para un escenario no ideal, que se verá mejor en la próxima carrera este fin de semana en Barcelona, donde también Ferrari introducirá una buena cantidad de innovaciones evolutivas en su SF-23, tratando de mejorar su mal inicio de campaña.
Por ahora el juego en el primer set es 6:0, a favor de Red Bull.