Red Bull Americano

Texas Longhorn, raza bovina. Foto: Cortesia Dickinson Cattle Co.

La noticia más impactante -hasta el momento- en esta pretemporada 2023 de Fórmula Uno, fue el reciente anuncio de la asociación Red Bull con el gigante automotriz norteamericano Ford, para la colaboración en la producción de las plantas motrices de la nueva reglamentación que entrará en vigor a partir de la temporada 2026.

Los tiempos son perfectos y es el momento oportuno. Justo cuando la máxima categoría del automovilismo mundial se adentra y hace más popular en EEUU gracias al nuevo regente comercial Liberty Media, tres grandes premios este año en Miami en Austin-Texas y en Las Vegas, un piloto local de nuevo en la parrilla (Logan Sargeant de Fort Lauderdale en Williams) y la colaboración exitosa de Netflix con el “Drive to Survive”, es lógico el interés de las grandes compañías y competidores locales (Michael Andretti) de formar parte del circo.

Igualmente, para Red Bull. A partir de su interés de producir las plantas motrices (Powertrains)en casa, ha requerido el mayor apoyo posible de expertos fabricantes. Con la salida de Honda como proveedor, buscaron la asociación con Porsche, quienes como muchos otros se han interesado en el desarrollo de los nuevos conceptos de las plantas motrices híbridas con combustible recuperable, acuerdo que debería ser anunciado con la celebración del GP de Austria en el Red Bull Ring, pero que fue aplazado por el fallecimiento del dueño de la bebida energética, para luego ser definitivamente aplazado por la clara intención de Porsche de comprar parte del equipo, lo cual, de acuerdo a toda la directiva de la plantilla, les quitaría la independencia de acción y en el manejo de las decisiones.

Para Ford es distinto. Regresa después de 19 años a la Fórmula Uno, de nuevo como participante colaborador. Así como se inició en 1967 con el motor Cosworth en una compañía filial en la que Mike Costin y Keith Duckworth desarrollaron un superexitoso motor V-8 de 3000 cc, el Cosworth DFV (de sus siglas en inglés Double Four Valves), inicialmente para propulsar a los Lotus de Colin Chapman, pero luego prácticamente a toda la parrilla (excepto por supuesto Ferrari, quienes siempre han fabricado sus propios motores), ganando 10 campeonatos de constructores, hasta la aparición de los turbos que cambiaron radicalmente la potencia y desempeño de los monoplazas en los años 80.

Ford, mantiene su política habitual en una asociación comercial y técnica, pero dejando la independencia que Christian Horner y Helmut Marco desean. Tampoco es simplemente un motorista. El éxito actual de un equipo de F1 depende mucho de la integración chasis-motor. Por eso, los equipos con motores clientes, generalmente no son tan competitivos como los de la fabrica (Mercedes, Ferrari, Renault), aparte de tener menos recursos.

En la temporada 2022, se hizo muy notorio la necesidad del equilibrio entre motor y chasis. Red Bull, logró un monoplaza casi perfecto, porque de ser la cenicienta en cuanto velocidad de punta, pasó a ser la más rápida, a pesar de mantener un apoyo aerodinámico adecuado, sin producir una excesiva resistencia (drag). Opuesto a Mercedes, quienes habían sido los más veloces desde la introducción de las Unidades de Potencia Híbridas en 2014, pero se volvieron los más lentos en las rectas, debido a la excesiva resistencia (drag ) producida por su chasis que requería más carga aerodinámica para un agarre adecuado.

Ferrari, también comenzó el 2022 con un vehículo bien balanceado entre motor y aerodinámica, pero por problemas de fiabilidad tuvieron que reducir la potencia del motor para que no se rompieran algunos componentes. Cambiando piezas y fabricantes lograron regresar a los niveles iniciales al final de la campaña, con mejores resultados. Esto, porque si bien la homologación de los motores impide desarrollos, las reglas si permiten que se introduzcan mejoras para solventar problemas de fiabilidad. Lo cual crea cierta ambigüedad, porque algunos cambios probablemente producirán mejorar el rendimiento. Por ejemplo, no es lo mismo cambiar una bomba de gasolina defectuosa por una con otro material o fabricante, que cambiar el material de un pistón por otro más resistente, que a la vez pudiera mejorar el desempeño.

Para terminar, Red Bull es prácticamente un descendiente de Ford. A finales del milenio pasado, el triple campeón mundial Jackie Stewart fundó la escudería homónima con aporte y soporte de Ford. Luego de 3 temporadas, Ford compró el equipo y lo rebautizó Jaguar (su filial comercial inglesa), para venderla en el 2004 -por falta de resultados adecuados- al empresario austríaco Dietrich Mateschitz, dueño de la compañía de la bebida energética, creando el equipo Red Bull Racing y al año siguiente una segunda escudería adquiriendo Minardi para crear la filial Toro Rosso, hoy en día AlphaTauri.

A partir de este momento, aun con la ayuda técnica de Honda hasta 2025, Ford comenzará a participar en el desarrollo de la nueva unidad de potencia que Red Bull y AlphaTauri llevarán en 2026 al menos hasta 2030. Como dijo Bob Tasca, concesionario Ford en los años sesenta: “gana el domingo y vende el lunes”… más vehículos y también, más latas.

formulaburgerf1@gmail.com

Acerca de Bruno Burger 117 Articles
Medico Cardiólogo en el Centro Médico Docente La Trinidad. Caracas, Venezuela

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