“Lo Bueno, lo Malo y lo Feo”

Foto: www.fandom.com

De la trilogía de «Spaghetti Western» producidas en Italia y filmadas en España, protagonizadas por el gran actor y luego director de cine Clint Eastwood, se estrenó en 1966 «Lo bueno, lo malo y lo feo», título que se ha usado posteriormente para destacar lo mejor y peor de cualquier actividad, incluyendo las del ámbito deportivo. La reciente carrera del GP de Brasil de Fórmula Uno mostró con mucha intensidad a los tres en el mismo evento.

Lo bueno, bueníííísimo, el esperado y demorado primer triunfo de una estrella ascendente como George Russell, el piloto británico del equipo Mercedes, quien conquistó tanto la carrera del Sprint del sábado como la principal del domingo, ésta por delante de su compañero Lewis Hamilton, para la primera victoria de la temporada de su escudería y también primer 1-2 desde 2020 en Imola (47 GPs atrás), para un equipo que previamente había sido imbatible desde el inicio de la era de los motores híbridos en 2014.

Justamente en ese año 2020 debería haber ganado su primera carrera, cuando sustituyó a Hamilton (COVID-19) en Bahrein, triunfo que le fue negado -a pesar de dominar la competencia- por una increíble equivocación en los pits, al ponerle los neumáticos de su compañero Valtteri Bottas. Ganar hubiera sido un enorme logro para el novel piloto proveniente de un recalcitrante Williams, pero también pondría en evidencia a Bottas y al propio Hamilton, demostrando que tenían un vehículo muy superior y “cualquiera” podía ganar una carrera en él.

Russell entra en el grandioso club de los 113 ganadores (103 si se excluyen los de las 500 Millas de Indianápolis entre 1950 y 1960, carrera parte del calendario de la F1) de 858 participantes y de solo 20 con menos de 25 años de edad (9 son pilotos activos).

También entra en lo bueno, el exitoso ascenso de Mercedes, demostrando que ya está para disputar carreras y muy posiblemente nuevos campeonatos. El notable incremento en el desempeño, muy visible con los tres segundos lugares consecutivos de Hamilton desde Austin y las cuatro vueltas más rápidas en carrera de Russell en los últimos 5 grandes premios.

Lo malo. El contacto entre Max Verstappen y Lewis Hamilton, al reiniciarse la carrera después del primer Vehículo de Seguridad, demostrando que la animadversión entre ambos no ha cambiado, porque las opiniones siguen divididas en la culpabilidad del encontronazo, ya que las autoridades decidieron por penalizar al de mayor responsabilidad, no al único causante de la colisión, argumentando que si bien estaban prácticamente lado a lado en la curva #2, Verstappen no había concretado aun su intento de pase de la curva #1 en la “S” de Senna. Esta rivalidad gutural seguirá, porque no hay respeto mutuo.

Lo feo. Quizás lo peor de todo el evento. La negativa de ambos pilotos compañeros de los que luchan por el subcampeonato de ayudarlos. Quizás entendible pero no comprensible en el caso de Ferrari, con Carlos Sainz para subir al podio y por delante de Charles Leclerc por más de 4 segundos, por lo que los estrategas de Maranello consideraran que era muy peligroso tratar de hacer el cambio.

Aun más decepcionante, la negativa de Max Verstappen de ayudar a su compañero Sergio Pérez. Si bien, aparentemente hay un problema personal básico en la negativa de colaboración por parte del campeón, ha sido una forma muy fácil de perder simpatizantes (sobre todo en medios hostiles como Brasil) a nivel mundial, aparte de terminar por romper cualquier colaboración futura a menos que sea mandatoria y contractual (como fue Rubens Barrichello con Michael Schumacher en Ferrari). Si bien, en la Fórmula Uno no se regala nada a nadie, campeones en el pasado han “obsequiado” triunfos al final de una campaña como muestra de agradecimiento a su compañero de equipo. Recordamos al mítico Ayrton Senna con Gerhard Berger en McLaren, apartándose para darle el triunfo en la última vuelta del GP de Japón en Suzuka en 1991 y a Nigel Mansell haciendo lo mismo con Ricardo Patrese al año siguiente en ese mismo trazado nipón, después de lograr titularse con el Williams/Renault varias carreras antes en Hungría.

Así, para este fin de semana, Leclerc de Ferrari y Pérez de Red Bull, llegan empatados -con 290 puntos- a la carrera final por el subcampeonato (como el año pasado por el campeonato). La ventaja es del monegasco, porque si quedan así (ambos retirados por colisionar) es subcampeón por mejores resultados durante la temporada (tres victorias contra dos del mexicano). Sin embargo, también Russell podría en ese caso ser el subcampeón, si llega primero con la vuelta más rápida de la carrera. Nada imposible con el repunte de Mercedes, equipo que podría quitarle el subcampeonato de constructores a Ferrari, si logra remontar los 19 puntos de ventaja que tienen los transalpinos. Lo que le faltaría a Ferrari este año, perder también el segundo lugar.

formulaburgerf1@gmail.com

Acerca de Bruno Burger 122 Articles
Miembro titular de la Comisión Médica de la FÍA para F1 (1995-2015).

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