Max Verstappen y Lando Norris Foto: Pool de Red Bull.
Después de la contundente victoria de Lando Norris en el GP de Singapur, la temporada 2024 de Fórmula Uno se dirige a las últimas seis jornadas (que incluye 3 carreras de Sprint) con la gran incógnita de si el británico podrá alcanzar a Max Verstappen y arrebatarle ese cuarto cetro consecutivo, que parecía fácil al principio de la campaña, pero que se le ha hecho al neerlandés cada
vez más difícil de asegurar, tanto por el decaimiento de las prestaciones de su monoplaza, como por el increíble repunte de McLaren, equipo que comenzó la presente zafra sin la menor idea de que estaría ahora punteando la clasificación de constructores (prácticamente en sus manos, por primera vez desde 1990) y con posibilidades ciertas de conquistar la de pilotos también.
Aun después del primer triunfo de Norris en Miami (6ª válida), donde McLaren demostró que la innovación del piso del MCL38 cambió radicalmente sus prestaciones, Verstappen siguió incrementando la diferencia de puntos, gracias a 3 victorias (Emilia-Romaña, Canadá y España) hasta el GP de Inglaterra con 84 unidades. A partir de Hungría paulatinamente la diferencia se ha ido achicando. En ese GP debería haber sido menor de 76 puntos, si se le hubiera dejado terminar en el primer lugar en vez de darle el triunfo a su compañero Oscar Piastri. Subió a 78 después del triunfo de Hamilton en Bélgica, con Piastri en el segundo lugar y Verstappen 4º, por delante de Norris.
Con cuatro triunfos del equipo en las últimas seis carreras, Norris ha ganado dos (Paises Bajos y Singapur) en forma dominante, Piastri -su compañero- otras dos (Hungría y Azerbaiyán), los puntos se han reducido en ese número de carreras a 70 después de Zandvoort, 62 después de Monza, 59 post Bakú y a solo 52 después de su rotundo dominio en Singapur, 20 segundos por delante de Verstappen.
Faltando seis fines de semana, 52 unidades parecen mucho, pero también pueden ser poco, sobre todo si en alguna de ellas Verstappen no termina por fallo mecánico, despiste o colisión. Lo paradójico, es que Norris debe tratar de sacar más puntos de ventaja en cada carrera que hace nueve atrás, pasando para alcanzarlo de 4.9 puntos después de Montmeló a 8.7 después de Singapur. Esto porque cada vez quedan menos oportunidades.
Sin considerar, además, el factor emocional y psicológico que se incrementa a medida que se llega al final de la campaña, cuando los errores y desaciertos aumentan exponencialmente, no solo en los pilotos, sino en todo el personal que labora en los equipos que disputan el cetro más preciado, el título de campeón entre los conductores.
Al arrebatarle Daniel Ricciardo en su última carrera en la Fórmula Uno, la vuelta más rápida de la carrera a Norris en Singapur, de ahora en adelante matemáticamente, a pesar que Norris gane todas las carreras restantes, si Verstappen llega segundo en todas ellas, el neerlandés retendrá la corona de campeón por tercera vez consecutiva.
Aunque posible, es poco probable que esto ocurra, por la misma forma como se desarrollan las competencias de los deportes a motor, ciertamente impredecibles. Sobre todo, con otros participantes involucrados que pudieran en un momento dado beneficiar a uno u al otro. Incluso, el propio compañero de equipo, como lo ha demostrado hasta el momento Oscar Piastri, casi el peor enemigo del retador al campeón.
Claro que todo es posible. Quien se podía imaginar que, no dos, tres pilotos pudieran hacer el mismo tiempo a la milésima para la lograr la pole de una carrera. Pero si, sucedió en la última válida de la temporada 1997 en Jerez de la Frontera, en el Gran Premio de Europa, que selló el campeonato para Jacques Villeneuve. El canadiense, Michael Schumacher y Heinz-Harald Frentzen hicieron exactamente el mismo tiempo (1 minuto 21.072 segundos) en su mejor vuelta.
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