Mick Schumacher y Sebastian Vettel. Foto: Andy Hone /LAT Images.
Al final de cada temporada, decimos adiós a uno o varios pilotos que se retiran de las competencias de la máxima categoría del automovilismo mundial, después de haber alcanzado la meta propuesta, el sueño de la gran mayoría de ellos desde que se iniciaron a temprana edad en el automovilismo, llegar a correr en la Fórmula Uno.
La gran mayoría de ellos se quedan mientras puedan mantener un rendimiento adecuado para sus equipos y se van bien por motu propio por haber cumplido un ciclo exitoso (la minoría), o bien, porque no se les ha renovado su contrato porque no cubrieron las expectativas de sus empleadores o simplemente se acabó el patrocinio que los llevó a la cúspide del deporte a motor.
Con apenas 20 asientos disponibles y la enorme lista de posibles candidatos a nivel mundial, son muy pocos los que definitivamente logran su anhelado sueño. Hasta el presente son 858 los que han llegado, 147 de ellos nunca clasificaron para iniciar una carrera y otros 363 no lograron clasificarse en los puntos. El último en llegar a la cima fue el piloto neerlandés Nick De Vries, quien sustituyó en el pasado GP de Italia al tailandés Alexander Albon, quien requirió una cirugía de urgencia por una Apendicitis, logrando para su equipo Williams el noveno lugar, convirtiéndose en el trigentésimo cuadragésimo octavo (348) en conseguir clasificar en los puntos y apenas el septuagésimo octavo (78) en su debut.
Indudablemente que el sueño de llegar, lleva implícito para casi todos el de triunfar, ganando carreras y ser campeones. Hasta el momento son 113 los que han logrado al menos una victoria y 34 los campeones de las 73 temporadas desde el inicio del campeonato mundial en 1950.
De esos 34 campeones, quedarán activos tres para la próxima campaña 2023 (el vigente Max Verstappen, Lewis Hamilton, y Fernando Alonso), porque el tetracampeón Sebastian Vettel anunció su retiro definitivo después de 16 temporadas y 299 grandes premios, debutando en el de los EEUU en el circuito de Indianápolis en el 2007, sustituyendo en el equipo BMW Sauber al lesionado (en la carrera previa de Canadá) piloto polaco Robert Kubiça, para luego continuar con Toro Rosso/Ferrari desde Hungría, obtener en forma sorpresiva y sensacional su primera victoria de 53, bajo la lluvia en la pista de Monza en el GP de Italia de 2008, para ser bautizado por la prensa germana como el “Baby Schumi”, ya que el heptacampeón Michael Schumacher se había retirado en 2006 (aunque regresaría por 3 temporadas más con Mercedes en 2012). Vettel pasó en 2009 al equipo Red Bull, para su periodo más exitoso con 38 victorias y los campeonatos consecutivos de 2010 a 2013, para luego incorporarse a Ferrari en 2015 y lograr los 14 triunfos restantes de su historial, finalizando su prolífica carrera con Aston Martin en las temporadas 2021 y 2022.
Aparte de sus grandes logros en la F1, el piloto teutón será recordado por su calidad humana, compromiso con el medio ambiente, interés en asuntos extradeportivos mundiales y defensor activo de las minorías.
Con su salida y la de su protegido Mick Schumacher, el verdadero Baby Schumi (con apenas dos campañas con HAAS), por primera vez desde 1990 no habrá un apellido Schumacher o Vettel en la parrilla de salida de los grandes premios de la Fórmula Uno, como tampoco habría un piloto germano, si no es por el regreso de Nico Hulkenberg, justamente sustituyendo a Schumacher en la escudería norteamericana.
